martes, 13 de marzo de 2012

De armas tomar

De armas tomar
ALEJANDRO MORENO
ciporama@gmail.com

E l taxista recibe una llamada de su pariente el malandro.

­Mira hermano, necesito que me hagas una carrerita; te la pago bien.

­¿No será pa’ que te lleve droga, verdá? No vayas a meterme en p...s.

­No, qué va, imagínate que es pa’ la policía.

­¿Pa’ la policía? A ver si me dejan preso.

­Que no; es un asunto sano, de panas.

El taxista, confiado, se encamina hacia la sede de la institución policial que el pariente le indica. Llegado allí, le entregan una bolsa bastante pesada.

Se regresa, pero, dudando, en el camino se detiene y abre la bolsa: tres pistolas Glock y una nota por 15.000 bolívares. A 5.000 cada una. ¿Qué hacer? Devolverse no puede, porque ya saben que él sabe. Ni modo, llevárselas al malandro.

­Mira, mano, hazme otra carrerita pa llevá esta plata.

­Ni de v...a. Ahora te las arreglas tú.

Sabemos que hay una "Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme". Su secretario general ha declarado varias veces al respecto. El ministro del Interior también. Parece que a lo mejor puede ser que 2012 sea un año de cierta actividad antiarmamentista. ¿Será? Por de pronto, todo lo que se anuncia va encaminado a la regularización de lo que se supone que ya debería ser regular, al control de lo que ya tendría que estar controlado, al registro de lo que en doce años no se registró, a prohibir lo que ya está prohibido o lo que por simple sentido común tendría que estarlo, a restringir drásticamente la importación y el comercio legales, a supervisar "con sumo cuidado" incluso las armas deportivas.

¿Habrá que decirles al señor ministro y al señor secretario general de esa comisión de pomposo título, como todas las del Gobierno, fingiendo que creemos que no lo saben, que nuestros malandros no usan ni armas ni municiones legales, permisadas, controladas, supervisadas ni deportivas? ¿Que manejan alto calibre, granadas, metralletas, fales, fusiles de asalto de los más nuevecitos? ¿Que sus tiros no salen de las armerías, ni de las importaciones, ni del contrabando, aunque algo de eso puede haber y seguramente habrá? ¿Que sus armas y municiones vienen de las comisarías policiales, de los comandos de la Guardia Nacional, de los fuertes donde moran los distintos componentes de la Fuerza Armada, de Cavim y del mismísimo Fuerte Tiuna? Sí, las armas y municiones legales son responsables de algunos crímenes pero no son ellas las principales causantes de tanta violencia. Bueno, si excluimos las muy legales armas y municiones manejadas por los legalísimos cuerpos de seguridad del Estado. Por lo que dicen, le dedicarán todo un año, el que le queda a la dicha comisión, a controlar lo que está a la vista. ¿Y lo que está en la sombra? No parece haber programa para los 9 millones ­¿o son 15?­ de armas ilegales, las propias de los malandros. ¿No habrá programa para evitar los miles de muertos que ellas van a producir? Quizás, si de veras logran meter a Cavim en cintura, puedan secarse las fuentes de donde piensan que provienen estas aguas, pero pasarán muchos años antes de que se extinga el río que ya se formó y circula. ¿Cuántos cadáveres arrastrará todavía? Hablan de medidas para que las armas ilegales puedan ser entregadas a cambio de "beneficios de carácter social". ¿Cuáles? ¿Creen de veras que un malandro de los nuestros hoy entregará así su arma? Hubo un político iluso que propuso darle al malandro 10.000 bolívares por cada pistola que entregara.

Entonces, en un barrio, se compraba una Glock por 3.500. De buena gana el malandro la entregaría para comprar 3 con lo que el político le ofrecía.

¿Se dejarán las armas clandestinas en manos de los de armas tomar?

viernes, 9 de marzo de 2012

Paz en nuestra tierra

Paz en nuestra tierra
ALEJANDRO MORENO
ciporama@gmail.com

" Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?". Nacía, hace 500 años ­21, diciembre, 1511-- la defensa pública y militante de los derechos humanos en la voz vibrante y apasionada de fray Antón de Montesinos en aquella pobre iglesia ­barro y paja de La Española un cuarto domingo de Adviento ante los sorprendidos e irritados colonos que no daban fe a sus oídos. Esa palabra era "la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás no pensasteis oír. Esta voz os dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes". Así fustigaba la comunidad de 25 religiosos dominicos, quienes, reunidos en capítulo, prepararon la homilía que al más joven de todos habían encargado predicar, las conciencias de aquellos conquistadores aposentados en sus indiscutidos derechos de conquista, anhelando la realización, en los hechos, de la paz que sería anunciada la noche de Navidad.

Nadie, en ningún momento de la historia, había discutido seriamente hasta entonces el derecho de un pueblo más fuerte, valido de muy distintas justificaciones, desde la pura fuerza hasta pretendidas superioridades culturales o religiosas, a conquistar a otro y apoderarse no sólo de sus tierras sino también de sus personas. Una milenaria historia había ido formando así las conciencias de la humanidad desde las invasiones indoeuropeas, los más antiguos imperios, las tribus hebreas que por "derecho divino" conquistan Canaan, los incas, los aztecas, los caribes que arrasan tierras y hombres arahuacos y finalmente los españoles y europeos que conquistando se asientan en América. Ya era hora de que la conciencia cristiana, hija también de la historia y adormecida por ella con infinidad de argucias morales, despertara para sacudir uno de los "derechos" más antihumanos que los siglos habían ido elaborando, el derecho del más fuerte a dominar al más débil. Aquella palabra, verdadera y profunda revolución antiviolencia en busca de la paz sin paliativos ni excepciones, volteó las conciencias de las que fueron saliendo los cambios de ideas, políticas, hábitos, estructuras y prácticas que hoy, bajo la ya incuestionable marca de "derechos humanos", son promovidos y defendidos, con sacrificio, pasión y dedicación en todas las sociedades por infinidad de personas y organizaciones. En ellos se asienta la paz para todos, "paz en la tierra", en la nuestra, la que es de los hombres, no de los poderes, porque esos hombres son "los que Dios ama". La anual recurrencia de la Navidad nos impele a pensar en la paz hoy y aquí. Con tristeza hay que decir que en esta nuestra tierra venezolana no tenemos paz, igual que entonces en La Española.

¿A qué conciencias llamar? ¿Cuáles conciencias sacudir? Las de los asesinos, por supuesto, pero desgraciadamente será muy difícil que a ellos llegue nuestra voz. Habrá que gritársela a los responsables de la paz, los servidores de la paz que han sido para eso encargados por toda nuestra sociedad, a los designados para ello, los gerentes del Estado.

Habrá que decirles también a ellos: ¿Es que esos niños que caen bajo las balas asesinas, que esos jóvenes de nuestros barrios, los secuestrados de cada día y suma y sigue "no son hombres, no tienen almas racionales, no están ustedes obligados a amarlos como a ustedes mismos" y por ende, a defenderlos y protegerlos, defendernos y protegernos? ¿Esto no lo entienden? ¿O no quieren entenderlo?

jueves, 8 de marzo de 2012

LO QUE SE BUSCA

Lo que se busca
ALEJANDRO MORENO
ciporama@gmail.com

C osecha caraqueña de este noviembre: primer fin de semana, 40 víctimas de asesinato (hace un año, 50); segunda semana: 44 (24 un año antes); tercera: 72 (48 la de 2010); cuarta semana: 65 (el año pasado, 33). Buena cosecha. Hemos crecido en 30%. Eso sin contar los muertos de cada día.

Con este optimista panorama de fondo, y precisamente sobre la inseguridad, el Presidente de nuestra República, dicen que muy enfático ­es lo suyo­ declaró: "Yo lo primero que busco aquí es la opinión del pueblo y cómo va evolucionando en la percepción pública a pesar de que está influida por las campañas mediáticas de la burguesía". Dicho así, lo primero es lo que importa, lo que prima sobre todo lo que viene después que es segundo y, por ende, secundario. Opinión y percepción son, pues, lo importante. Esto es, la mente de la gente, no su realidad material: su vida, los malandros entre los que no tiene más remedio que vivir, los cadáveres de sus hijos, sus hermanos, sus padres, sus amigos, acribillados con un sinnúmero de tiros. Todo esto segundo; o secundario.

Por los mismos días y con el mismo panorama de fondo, el inefable anterior alcalde de la ciudad y hoy diputado asegura que con la ley del desarme "vamos a derrotar los índices de criminalidad".

Los índices, esto es, números, guarismos, gráficos, cuadros estadísticos. Ideas, imágenes, figuras o "palabras, palabras, palabras" que diría Hamlet.

¿Oficinas, escritorios, papeles, pantallas de computadora? Burocracia presidencial y parlamentaria. ¿No salen de ahí? ¿No huelen los muertos? ¿No ven sangre en el asfalto? ¿No escuchan el llanto? ¿No les estremece el temblor del miedo? ¡Ni siquiera cuando les llega! No, esto no es retórica para impresionar. Es realidad material, pesadamente material, dolor de cuerpos y de entrañas, sufrir de madres manchadas con sangre de hijos nacidos de sus cuerpos hechos de muy biológica materia. Y no soy materialista, pero creo en el Dios que porque cree en mí se hizo de nuestra materia y, así, ser connosotros y nacer y vivir y morir aquí para que amemos a las personas reales, con hechos que nos comprometan y no a sus simples figuras, representaciones e imágenes.

¿Pero, por qué la idea, la opinión, la percepción y no la vida material concreta de la gente? Porque la materia que importa no es la vida de los hombres sino el dominio sobre ellos y éste se hace eficaz cuando clava su impronta en lo más íntimo del ánimo. Estos libertadores muestran no creer en la libertad de los hombres y menos si estos pertenecen al pueblo. Creen en cambio firmemente en la eficacia de la manipulación, de la seducción ideológica, afectiva e imaginaria si quien tiene el poder y los medios los sabe poner en funcionamiento. Por eso tanto interés en la tecnología comunicacional. No para comunicar sino para embridar los pensamientos, sentimientos, actitudes y disposiciones del pueblo con las riendas del poder dominante y dominador mediante la ficción de la realidad implantada en las mentes con los medios técnicos que ellos suponen infaliblemente eficaces. Quizás, como increyentes en la interioridad y profundidad del hombre, piensan que éste es pura superficie o, como diría Locke, una tabula rasa, una pasiva página en blanco sobre la cual el que tiene la pluma en su mano puede escribir lo que quiera seguro de que en ella quedará fijado.

La ficción y el fingimiento, una de las peores violencias, pueden dominar muchas conciencias pero la realidad vivida trágicamente cada día emergerá como verdad poderosamente irresistible y arrojará a la basura el embuste junto con los embusteros.

Ojalá sea una verdad que nos haga pacíficamente libres.